Hechos para la comunión

HOMBRE ORIGINARIO

8/23/20241 min read

Al estar a solas con Dios entramos con Él en una comunión de Amor que es una locura y que se desborda. Sólo después de experimentar esta unión, Dios dice que “no es bueno que el hombre esté solo.” (Gen 2, 18)

Este orden nos muestra que las relaciones humanas no deben estar motivadas por la carencia, para que alguien llegue y “me complete”, sino por un desbordamiento del Amor de Dios… es la unión con Él la que nos hace anhelar traer esa experiencia a nuestras relaciones humanas.

Este ha sido el deseo de Dios al crearnos a imagen y semejanza suya (Gen 1, 27): que al relacionarnos con el otro amemos como Él lo hace y que así hablemos, en nuestro cuerpo, de quién es Él. Es crucial hacernos conscientes de que sólo la persona humana es capaz de ser este reflejo; ninguna otra creatura ha sido dotada de libertad y por ende, de la capacidad de amar.

Si bien la unión entre varón y mujer es la imagen que más corresponde al Divino Misterio de Dios, el llamado al Amor, a ser don y a entrar en comunión con el otro no se limita al matrimonio.

Si ya vives la vocación al matrimonio; si te has sabido llamado al matrimonio pero en este momento vives la soltería; si te has sabido llamado al celibato por el Reino; si aún no descubres en qué vocación específica Dios sueña tu santidad… ¡Él te quiere amando hoy!

Él te quiere siendo comunión a imagen suya hoy en tu familia, con tus amigos, en tu escuela, en tu trabajo, en la calle… pues así como su Comunión da como fruto al Espíritu Santo y Él da fruto en nosotros, nuestro amor a imagen suya también da frutos biológicos o espirituales siempre... ¡este es el llamado a dar vida inscrito en cada uno de nosotros!